

La vista desde su cima, de 1515 m de altitud, cautiva: es de una grandiosidad y belleza tan extraordinarias que nadie puede decir que conoce bien Cataluña hasta que no haya subido. A su alrededor se vislumbran los paisajes verdes, frondosos e inacabables de las sierras prepirenaicas, aquí más ufanos que en ningún otro sitio de la Cataluña húmeda.